lunes, 29 de noviembre de 2010

Christmas Stars... I don't like them

Ya se me juntaron las historias [y las fotos], ya casi dos semanas sin postear y cuando no posteo se me figura que son de esas cosas que hacen llorar al niño Jesús, entonces mejor posteo, chiquito claro y conciso.


Pues hoy me levante temprano, por que el que madruga se lo lleva la corriente o algo así, pero horrorizado descubrí mi cartera otrora llena de doblones y peniques, ¡VACÍA! [Y de ella salió una polilla como en las caricaturas] entonces dirigíme hacía el cajero automático -por que ni cinco pesitos pa' mi combi-, en un plaza bien bonita pero bien vacía –igual que mi cartera- a esas horas. Dispuse veinte mil dólares ¡Y YA! Pa’ tener un desayuno decente más al rato.






A días de acabarse el mes de noviembre y comenzar el mágico diciembre –lleno de luz, magia, cenas ricas y parientes pobres pero eso será tema de otro post- y la plaga insoportable de las ‘nochebuenas’ ya esta a la vuelta de la esquina y a media calle y en todos lados, como aquí, bajo el puente peatonal, a mi ni me gustan las esas flores, ni me vienen al caso pero bueno ahí están pa’ quién guste.


y pásele, pásele... llévelo, llévelo...




Después me trepé a un camión -de esos de los que ya les he hablado que son súper peligrosos- lleno de criaturas mágicas, elfos, duendes, sirenas y sílfides, que te alegran el día y te roban el corazón y el hígado y el páncreas, pero ¡ah que caray! Cómo reconfortan mi alma pecadora.


Su mamá iba a lado contemplándola apaciblemente -la arropo, le dio un beso en la frente, apago las luces y salió de la habitación- y ella todo ternura ni se inmutaba siquiera. ¡FAIL!




Entonces llegue a la escuela hice unas entrevistas, estudie para mi examen, hice el examen, reprobé el examen, pase el examen extraordinario y huí de ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario